Wow estamos en Berlín, después de un largo viaje por tierra, desde Nicaragua hacia Costa Rica, donde fuí recibido tan cálidamente en casa de Esteban (También voluntario y ahora amigo) y luego desde el anterior hasta acá.
Desde que salí de Nicaragua, tuve la fortuna de toparme con personas de calidad, quienes han hecho mas llevadero los retos de esta nueva e increible experiencia.
Un viaje durante el cual, por momentos, no terminas de creer lo que estás viviendo, no terminas de realizar que, estás yendo a un lugar donde no tenés a un familiar o donde no tenés un amigo, donde vas a convivir en una cultura totalmente diferente, donde podes enfrentarte con una cultura completamente distinta y con un idioma completamente ajeno, son pensamientos que hacen que la experiencia por venir, pueda llegar a ser tan emocionante como atemorizante.
La noche en la que llegamos, la temperatura oscilaba entre 0°C y 1°C, una de las cosas que no me gusta de invierno, es tener que usar demasiada ropa para salir, yo soy fan de caminar por ahí en shorts y camiseta (Jajaja).
• ¿PREJUICIOS?
Uno suele crearse estereotipos sobre los alemanes antes de crear y vivir nuestra propia experiencia, yo he sido tan bien recibido todos acá, sobretodo por las personas encargadas del lugar donde hago el voluntariado, quienes hasta me habían preparado ropa para el invierno aún desde antes de llegar, también me ayudaron a encontrar donde vivir durante mi voluntariado, (ya que encontrar un apartamento en Berlín es sumamente difícil).
Tuve en mi cumpleaños uno de los días más bonitos que he vivido acá, me hicieron muchos presentes, me hornearon un pastel, me llegaron a visitar, me escribieron un montón de cosas muy bonitas, las cuales me hicieron casi llorar, me he sentido muy arropado, están presentes cuando los he necesitado, me han hecho sentir un miembro más de la familia y siento que no pude haber llegado a un mejor lugar que éste.
• VOLUNTARIADO
Personalmente, siento que Dios me ha bendecido en muchas maneras, el jardín de niños queda a unos 5 minutos en bicicleta, desde donde yo vivo. Al llegar ahí, no siento realmente que llegue a hacer un trabajo, es más como una extensión del apartamento en el que vivo, para mí, llegar ahí, es como llegar a una segunda casa.
Los niños son totalmente amigables, son totalmente libres de expresarse, son, a medida de lo posible independientes, pueden tomar decisiones (obviamente sobre situaciones que puedan controlar y no les ponga en riesgo), todas estas herramientas, les hacen capaces de resolver conflictos entre ellos de manera pacífica.
En resumen, me he encontrado con una experiencia realmente única y estoy feliz de estar acá, se también que cada nuevo día es un nuevo reto, que hay días donde podemos sentirnos un poco triste y extrañar muchísimo nuestro país, familia y amigos, pero una que otra videollamada ayuda a sobrellevar las emociones.
Espero que esto ayude de motivación a ti, que deseas vivir también está experiencia. Todo es posible, Saludos y Gracias Totales!
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