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  • Eduardo Serrano Vega

Experiencia weltwärts.

Ya hace un año y tres meses arribe a la hermosa ciudad de Berlín capital de Alemania. Mi primer contacto con Berlín fue genial, con muchas ilusiones de lo que me esperaba. Y en medio de este tiempo he tenido toda clase de momentos. Algunos no tan buenos y otros quisiera que no acabarán.

He tenido tiempo para perder amigos, tiempo para hacer nuevos amigos, tiempo para llorar y tiempo para reír, tiempo para aprender, tiempo para explorar nuevos lugares o simplemente descansar en casa.

Vivir en la capital Alemana ha sido de mucho provecho pero también de mucha dificultad tanto emocional, espiritual y humana. Ver muchas situaciones a las que no estás acostumbrado pero que para todos resulta indiferente es un poco difícil de procesar y si bien es cierto estamos en un país de primer mundo siempre existen las necesidades.

Ahora una temporada está acabando los días se están volviendo más oscuros conforme llega el otoño las hojas de los de los árboles empiezan a cambiar su color, en cada paso que das observamos como el otoño se apodera de la ciudad. Y ves cómo las personas cambian su vestimenta y se preparan para el invierno.

Ha sido una temporada en mi vida que me ha llevado a seguir haciendo lo que más me gusta y es ser parte de una u otra forma en la vida de las nuevas generaciones. Algo que suena tan simple y que todos pueden hacer pero que en una ciudad como Berlín y en general en el mundo entero se ha perdido el concepto de comunidad, resulta difícil apreciar lo que es el servicio a otros y el brindar esperanza.


Aún no alcanzo a comprender muchas de las situaciones que suceden en esta parte del mundo pero siempre sigo siendo positivo en todo momento.

Muchos se preguntan por mi tiempo en Alemania, algunos me dicen que aquí nadie ocupa ayuda o que simplemente lo tienen todo y no tienen la necesidad de que un Costarricense venga a compartir el Pura Vida. Otros alemanes dicen que Costa Rica tiene mucha naturaleza y que yo debería estar disfrutando de ella y no estar en ciudad llena de estrés.

A todos estos argumentos no les tomo importancia y trato de seguir enfocado en esta temporada de mi vida.

Tanto así que tuve la oportunidad de estar en Múnich y pasar un tiempo muy ameno lleno de un poco de adrenalina. Sí, adrenalina ya que pude surfear la famosa ola que genera el Río Eisbach en medio de la hermosa ciudad de Munich. Una ciudad llena de magia y con personas muy amables. Con la cultura Bávara que resulta interesante, su dialecto, la gastronomía en general es una ciudad que debes visitar.

Por otra parte el vivir en una cultura tan diferente, en una ciudad tan multicultural como Berlín me hace ser más consciente sobre la importancia de no generalizar y que cada individuo a pesar de ser de una cultura en específica puede ser totalmente diferente a lo que su cultura demanda, que no siempre las personas tienen la razón cuando sacan conclusiones. Que cada persona tiene algo especial que lo caracteriza y si bien es cierto puede ser no tan buena pero que al final debemos entender que todos somos diferentes que si vos tenes dificultades o necesidades en tu vida totalmente diferentes a las mías no puedo creer que soy mejor que tu o que puede opinar negativamente de como eres.

No podemos generalizar debemos ser más empáticos y tener un poco de misericordia por cada individuo que lleguemos a conocer, no sabemos el futuro que nos espera. Pero de algo si estoy seguro y es que debemos ser personas conscientes sobre las verdaderas necesidades que presenta este siglo y de esta manera generar un impacto más amplio y lleno de esperanza.



Ahora es el tiempo para brindar esperanza no te quedes con ese miedo de compartir optimismo. De salir y levantar la bandera de la esperanza aun cuando muchos han fallado siempre debemos llevar un nuevo respirar a las generaciones mas jovenes.

 

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